Convencida de que las leyendas ocultan verdades no dichas de los pueblos, ronde en ocaciones por esos lugares ocultos traducidos en poesia. «quemado y nuevo, lozano y viejo, como todos los nuestros». dice Ulices de CANTUÑA ese personaje de la leyenda donde colfuye la esencia del mestisaje de nuestros pueblos.
Rescatado de las cenizas de la ciudad quiteña quemada como símbolo de resistencia a la llegada de los españoles a Quito, el niño Cantuña será el detonador del contacto entre conquistadores españoles y los indigenas replegados en las faldas de su imponente pichincha.
“ hacer la plaza con los míos, con los que no entraron en el imperio de los muertos,
para los que desenredaremos del resonante pichincha, sin oro, con la mayor
riqueza del mundo, ósea nuestras vidas.”
Reflexion arto acertada que el poeta pone en la boca de Cantuña cuando fue conminado a construir la plaza y lo hizo en un tiempo tan inesperado que fue preferible fue endilgarle la labor al diablo que a la increible fuerza indignea trabajadora
“ Por esta plaza vendí al diablo lo que ellos creyeron que era mi alma, y deje la
verdadera aquí en este hueco que esta por llenar, en esta piedra que falta en
ti en mi y en todos»
A Cantuña como al inicio de mestizaje lo percibo como al mismísimo
Pichincha, como al propio volcán en cuyas faldas se levanta la ciudad nueba sobre la vieja ciudad, al centro de la escultura esta la plaza con su grada concaba y comvexa que se expande como el sonido o como una la huella de una piedra en el agua, una que se expande como el mismo mestizaje que nos cunde.


En el año 1998 la fundación Sinchi Sacha
inauguró la galería Cantuña en el Centro Cultural Tingues momento en que nos comprometimos con Catalina Sosa a participar semananalmente con escultura y poesia en ese maravilloso espacio como colaboracion del Proyecto interestetico que debendrá en Quitologia.
La anegdota: luego de terminado el evento debido a la dificultad de trasportar la obra Cantuña por su peso y tamaño, la escultura se queda por unos meses mas en el pórtico del tiangues, cuando por fin encuentro la.
forma de retirarla , los empleados del tiangues me comentan que una viejita
pasa todos los días por allí visitando la escultura, despistando en el hueco
de la rodilla de cantuña que al mimo tiempo es el volcán pichincha una monedas, me emociono de tal manera que decido dejarla la escultura en la puerta del tiangues , por supuesto con el
consentimiento de Catalina.
Allí paso por muchos, sorprendementemente sin complicaciones hasta que un día escucho al telefono la vos sorprendidad de Catalina : SE ROBARON LA CABEZA DE CANTUÑA.
Muchos años han pasado desde entonces y mi compromiso de reponerla se ha dilatado muchos mas. Me propongo nuevamente en esa aventura.